Entre las obras documentadas de su mano se encuentran: la sillería de la concatedral de La Redonda de Logroño, el retablo de Alberite o los retablos mayores de Agoncillo, Varea y Aldeanueva de Ebro, entre otras localidades de la zona. Su obra cumbre fue el retablo mayor de la iglesia imperial de Santa María de Palacio en Logroño, obra realizada a partir de 1553 y que le permitió establecer un taller propio. Entre sus obras tardías destacan las esculturas realizadas en piedra aljez para el trascoro de la Seo de Zaragoza.
 
La talla que aquí presentamos encaja con el estilo de este maestro, como apreciamos en sus angulares rostros, especialmente el de la Virgen, el cual puede compararse con alguno de los rostros de la iglesia de Santa María de San Vicente de la Sonsierra (La Rioja) o con las tallas de la Seo de Zaragoza. Otros rasgos como los ojos grandes y algo separados, la rectitud de la nariz o el mentón pequeño coinciden con la factura de este maestro, cuya obra está claramente influenciada por Berruguete. 
 
Con restauraciones.
Al niño le falta uno de los dedos de la mano derecha.