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El Infierno según Rodin

Esta exposición reúne un centenar de esculturas y unos treinta dibujos, que raramente han sido expuestos, así como varias maquetas y modelos que permiten seguir el proceso creativo del escultor y la evolución que fue sufriendo la Puerta a lo largo de los años. Considerada como la obra central de la carrera del escultor francés, que trabajó durante más de veinte años en ella, esta obra monumental ofrece una visión espectacular del infierno, febril y tormentosa, pero también sensual y evocadora. 

En 1880, Auguste Rodin, un artista aún casi desconocido, recibe el encargo que cambiaría su vida: una puerta monumental decorada con bajorrelieves que representaran la Divina Comedia de Dante. La obra debía servir de entrada para un museo de artes decorativas que el Estado francés quería crear. Aunque se trataba de un encargo relativamente modesto, Rodin puso en él todas sus energías y su impulso creativo y durante los siguientes años trabajó tanto en la dimensión arquitectónica de la puerta como en los cientos de figuras y grupos que habitarían en ella, creando formas nuevas para expresar con detalle las pasiones humanas.

Rodin se inspiró inicialmente en el Infierno de Dante, pero de una forma muy personal, sin pretender ilustrar de forma literal el texto. A medida que fue avanzando en la concepción de la Puerta, comenzó a impregnarla del espíritu sensual y atormentado de los poemas recogidos en Las flores del mal de Charles Baudelaire. Así, el infierno como un lugar de castigo basado en la visión moral de Dante se ve transformado en un estado del alma, un tormento íntimo. Los sentimientos dolorosos se matizan con expresiones más ambiguas y la sensualidad y la seducción irrumpen en pleno Infierno. Nacía así una versión del Hades profundamente original y radicalmente moderna.

La exposición El Infierno según Rodin, organizada con motivo del centenario de la muerte del artista, recorre la historia de esta obra icónica, que el artista nunca dio por terminada y que fue expuesta una única vez. Las esculturas, maquetas y dibujos reunidas permiten descubrir el proceso creativo de Rodin, así como el conjunto de su carrera, pues en la Puerta se condensan sus indagaciones estilísticas y de ella surgieron algunas de sus esculturas más conocidas, como El pensador, El beso o Ugolino, consideradas auténticos hitos de la Historia del Arte.

Imagen: Le Penseur, sur élément de chapiteau, 1881-1888 (detalle) © Pauline Hisbacq / Musée Rodin, París. S.03469 

 

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