ANTOINE COYPEL – París 1661 – 1722 – Miembro de una familia de artistas, fue hijo de Noël Coypel, con quien se formó. Con sólo once años acompañó a su padre cuando éste fue nombrado director de la Academia francesa en Roma, dando pronto muestras de su capacitación para la pintura y recibiendo las alabanzas de Gianlorenzo Bernini. Pasó tres años en Roma y uno más en el norte de Italia, estudiando la pintura de Correggio y los maestros venecianos, antes de regresar a Francia en 1676.   El cruce de aquellas influencias recibidas en Italia con el academicismo imperante en Francia, al estilo clasicista de Nicolas Poussin, hará de Coypel un pintor ecléctico, aunque siempre con cierta tendencia al colorismo, como se advierte en Luis XIV descansando después de la paz de Nimega, composición alegórica típica de la época presentada en 1681 con motivo de su aceptación en la Real Academia de Pintura y Escultura. Esa inclinación al colorismo le llevará en la década de 1690 a aproximarse a la obra de Rubens, de la que el Demócrito de 1692 (Museo del Louvre) es, en opinión de Anthony Blunt, poco más que un «pastiche». Protegido del Gran Delfín y de su hijo el duque de Chartres, en 1700 intervino en la decoración del Castillo de Meudon con una serie de paneles dedicados a la historia de Cupido y Psique.   Con el mismo estilo ampuloso y teatral, pero dando la espalda a Rubens para acercarse al barroco romano de Baciccio, pintó en 1708 el techo de la Capilla del Palacio de Versalles, la más plenamente barroca de las decoraciones francesas de la época, junto con la del desaparecido Palais Royal que él mismo ejecutó por encargo del duque Felipe de Orleáns entre 1701 y 1718, con escenas de la historia de Eneas.   El Museo del Prado de Madrid conserva una monumental y colorista Susana acusada ante el tribunal de su mano, muy representativa de su estilo y considerada una de sus obras más importantes. Antoine Coypel siempre tuvo gran ambición. Sus primeras influencias incluyeron a su padre. Pero como adulto joven, sus pinturas y dibujos reflejan más a menudo la influencia del flamenco Peter Paul Rubens, enfatizando la interacción de los colores para crear la ilusión del espacio físico.   En este sentido, el cuerpo de trabajo de Coypel es parte de una fase crítica de transición en el arte francés. Sus aspiraciones lo llevaron a dibujar y pintar escenas consistentes con los deseos de la Corte Real, pero las comisiones reales fueron escasas cuando Francia luchó en una guerra a fines del siglo XVII. Fue entonces,cuando recurrió a las comisiones privadas para ganarse la vida, capitalizando la oportunidad de alejarse de la pintura de grandes escenas religiosas y en su lugar crear lienzos sobre temas más ligeros en un estilo menos rígido.   Finalmente, el objetivo de Coypel se realizó cuando fue nombrado le premier” peintre du Roi “en 1715, menos de siete años antes de su muerte.