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Las sibilas, profetisas del periodo grecorromano, alcanzaron una gran difusión desde el Renacimiento italiano, integrándose en la iconografía cristiana como anunciadoras de la llegada del Salvador. En este contexto, era común encontrarlas, a modo de series, entre las colecciones de comerciantes flamencos en el siglo XVII. La que nos ocupa, la Sibila Eritrea, es una copia de la original de Jan van den Hoecke (Amberes, 1611-1651), alumno de Rubens, y conocido por la historiografía como El pintor de las Sibilas, tema que hizo suyo y hubo de tener gran éxito entre sus contemporáneos, pues figuran en amplio número las menciones a las profetisas en los inventarios amberinos de la época.
Aparece con una red llena de peces en su regazo, relacionada con el ichthus, pez en griego, cuya pronunciación es similar a la de Jesús y, además, funciona como acrónimo de Iesous Christos Theou Uios Soter o Jesucristo, Hijo de Dios, Salvador, símbolo usado desde periodo paleocristiano. Además, se observa la inscripción de su profecía en las hojas de un libro abierto en el ángulo superior derecho de la composición: eliget sibi ex piscatoribus abiectis numerum duodecim (los escogerá para sí de entre pescadores y humildes en número de doce). Por último, en el ángulo superior izquierdo, y casi inapreciable, el número 8 seguido de la identificación de la Sibila como Eritrea en letras capitales. 121,5 x 86,3 cm