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Destacado 004

JOAQUIN MIR TRINXET 
"Paisaje" 
Firmado: en el ángulo inferior izquierdo 
Oleo sobre lienzo pegado a tablero 
Aporta certificado de autenticidad firmado por Enric Jardí fechado el 7 de Julio de 1988 . 
18 x 22 cm | 34 x 38 cm (con marco)  

 

Estimación 3000€                     



MIR TRINXET, Joaquín – Barcelona 1873 – 1940 - En su juventud trabajó en el negocio de bisutería y mercería de su padre. Comenzó los estudios de peritaje mercantil y posteriormente los abandonó para dedicarse a la pintura. Hacia 1889 inició sus estudios artísticos en la academia privada de Luis Graner, junto a Nonell y más tarde, se matriculó en la Escuela Oficial de Bellas Artes de Barcelona.   La mayor parte de su formación fue autodidacta, mostrando gran afición por pintar y dibujar los paisajes y las gentes de las afueras de Barcelona junto a otros artistas como Joaquín Sunyer, Isidre Nonell, Ricard Canals o Ramón Pichot. Todos ellos estaban interesados por los temas a pleno sol y fueron denominados como la "Colla del Zafra" (Grupo del Azafrán), por el colorido ocre predominante en sus escenas. Sus temas en estos momentos son los suburbiales o los que reflejan la dura vida en el campo, como podía ser “El huerto y la ermita”. El ejemplo más notorio es el lienzo titulado “La catedral de los pobres”, donde representa de manera realista a un grupo de mendigos en la puerta de la Sagrada Familia de Gaudí. El primer plano, en el que se sitúa la familia de mendigos, es profundamente tremendista, la sombra en la que se encuentran contrasta dramáticamente con la luz y la claridad de las obras. A finales de siglo se convierte en un asiduo de “Els Quatre Gats”, local donde se reunían los modernistas.   Poco después viaja a Mallorca en compañía de Santiago Rusiñol. Durante su estancia en la isla de Mallorca, desarrolla un lenguaje absolutamente personal. Descubre la luz y el color del paisaje mediterráneo, más bravo y natural que el catalán y a partir de entonces, su pintura abandona la crítica social de corte expresionista y el paisajismo luminista de sus primeros cuadros.   El eje central de su actividad pasará a ser el paisaje. Su paleta se enriquece con un atrevido y variado cromatismo, dispuesto de manera espontánea y mostrando la exaltación de una naturaleza desbordante, casi irreal. Emplea los tonos ocres, azules y esmeraldas para pintar las escarpadas rocas que se reflejan en las aguas transparentes, creando un juego de luces en el que estos colores se confunden con los azules del mar. Durante aquellos años en que vivió en los salvajes parajes de Mallorca también hubo breves periodos urbanos en los que expuso los cuadros que iba pintando, y su cambio pictórico creó una notable sorpresa en los ambientes intelectuales.   Entonces inició dos grandes conjuntos decorativos: los murales de la Casa Trinxet de Barcelona, propiedad de su tío Avelino Trinxet, y tres grandes cuadros para el comedor del Gran Hotel de Palma. Permaneció tres años en Mallorca en la pequeña aldea Sa Calobra y debido a una grave caída por un acantilado que pudo costarle la vida, fue ingresado en una clínica mental en Reus por sufrir desordenes nerviosos severos por lo que algunos le han denominado el Van Gogh español. Recuperado de su enfermedad, en 1907 se instala con sus padres en Tarragona y en las poblaciones de L'Aleixar y Maspujols inspira muchos de sus paisajes.   Desde 1921, tras contraer matrimonio y reside en Vilanova i la Geltrú lo que sería su definitivo hogar, la casa tenía jardín, un huerto con gallinas e incluso un burro que servía de transporte en las muchas salidas que hacía con la familia y los discípulos, para ir a hacer campañas como él llamaba a las sesiones de pintura. Desde entonces pintó las casas, las iglesias, los huertos, la gente, los almendros floridos, los corrales… Temas intrascendentes que cada vez se ajustan más a la realidad de la naturaleza, puesto que ya sólo querían reflejar su amor por su tierra y su búsqueda constante de los cambios de la luz. Su estilo ya no será tan expresivo como el de Mallorca, aunque sí que perdura el uso atrevido del color y de la mancha.   Sus paisajes serán cada vez más monumentales, pero menos poéticos. Con la Guerra Civil, cuando no pudo salir de Vilanova, el tema se limitó a las calles de este pueblo y de manera especial a su casa y a su jardín poblado de flores y de animales domésticos Joaquín Mir es considerado el máximo exponente de la segunda generación de pintores modernistas catalanes, que renovó el género paisajístico a finales del siglo XIX con un estilo personal de gran colorido y expresividad.   Obra suya, se conserva en el Museo Nacional de Arte de Cataluña, el Museo del Prado, Museo Thyssen-Bornemisza y el Museo Reina Sofia de Madrid, entre muchos otros. 

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