El tipo ideal de vistas de edificios, vestigios arqueológicos, ruinas y otros elementos arquitectónicos como fondo para representar otras escenas fue una constante entre los pintores italianos y del norte de Europa durante los siglos XIV y XVIII. Los tratados de arquitectura y estudios de perspectiva del pintor, arquitecto y diseñador de arquitecturas efímeras, Hans Vredeman de Vries, quien propagó el estilo y la ornamentación del arquitecto italiano Sebastián Serlio, fueron una guía y una fuente de inspiración para estos pintores. Sobre un escenario de monumentos arquitectónicos clásicos el pintor nos sitúa en la entrada del templo al rey Salomón recibiendo a la reina de Saba. Al fondo la perspectiva de un jardín, a la derecha una arquitectura palaciega y a la izquierda un arruinado pórtico.
 
Desde el punto de vista compositivo se puede relacionar con “El regreso del Hijo Pródigo”, óleo sobre lienzo, 106,5 x 161 cm, conservado en el Museo de Bellas Artes de Cataluña con número de inventario “4908”, lo que nos hace pensar que fueran concebidos para una misma serie ya que son coindicentes en medidas y en estilo.