Esta imponente composición ecuestre muestra a Carlos II montado sobre un caballo alazán, dispuesto en corveta, dominando con majestuosidad el espacio pictórico. El monarca, de porte altivo y rostro sereno, viste armadura plateada con un amplio lazo rojo al cuello y una faja dorada que ondea tras su figura, sugiriendo movimiento y poder. Su mirada se dirige hacia un punto elevado, donde una figura celestial emerge entre nubes iluminadas, con los brazos abiertos en actitud de bendición o intercesión, dotando a la escena de un aura de legitimidad divina. A los pies del caballo yacían cuerpos vencidos y confusos, probablemente enemigos abatidos, reforzando el carácter triunfal del retrato. A la izquierda, una figura femenina con vestiduras orientales observa la escena, aportando una nota exótica que alude a la universalidad del poder real. La pincelada ágil y vibrante, el contraste entre luces y sombras, y la potente modulación de los volúmenes reflejan la mano del pintor Lucas Jordano o de su círculo, caracterizado por una técnica impetuosa y un sentido teatral de la representación. La composición emplea recursos barrocos como el rompimiento de gloria y la iluminación dramática para resaltar el protagonismo del monarca. El caballo, musculoso y dinámico, es tratado con notable precisión anatómica y expresividad, mientras que la atmósfera cargada de nubes y claroscuros acentúa la carga épica de la escena. Esta obra se inscribe plenamente en la pintura barroca napolitana del Siglo XVII, en la que la exaltación del poder real mediante retratos heroicos era un medio visual de propaganda monárquica. La fusión entre lo terrenal y lo celestial, el dinamismo compositivo y la teatralidad visual refuerzan la imagen de Carlos II como soberano ungido. Medidas: 107 x 88 cm y 119 x 100 cm enmarcado.

Precio base: €7000

Precio estimado: €15 000 - €30 000

Comisión de la casa de subasta: 22%

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