La obra que presentamos hasta ahora conservada en una importante colección privada española es, sin duda, una emulación a los retratos ecuestres reales pintados por Velázquez para el salón de Reinos del palacio de Buen Retiro. Sobre un fondo de paisaje esbozado, el pintor, dispone el retrato del Conde Duque de Olivares (ministro de Felipe IV en 1621 y 1643) sobre un soberbio caballo blanco en corbeta, visto de espaldas con el rostro vuelto al espectador en un habilísimo juego barroco de diagonales que acentúan al máximo el dinamismo de la composición. Con una pincelada resuelta y vibrante se representa al Conde Duque de manera regia portando una armadura y bengala de general con una rica y colorista banda roja emulando la victoria sobre los franceses en la ciudad fronteriza de Fuenterrabía en 1638.
Se trata de una versión del retrato ecuestre del Conde Duque de Olivares a caballo conservado en el Metropolitan Museum de Nueva York.