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David Hockney. 82 Retratos y 1 Bodegón

El Museo Guggenheim Bilbao presenta David Hockney: 82 retratos y 1 bodegón, una exposición que reúne un nuevo y destacado conjunto de obras en las que el artista británico retoma el retrato con renovado vigor creativo y ofrece una visión íntima del panorama artístico de Los Ángeles y de las personas que se han cruzado en su camino a lo largo de los últimos años...

Tras David Hockney: Una visión más amplia, la monumental y exitosa exposición de paisajes realizada en el Museo Guggenheim Bilbao en 2012, el artista abandonó la pintura y su Yorkshire natal para regresar a Los Ángeles. Poco a poco, regresó a la sosegada contemplación del retrato y en el verano de 2013 pintó el primero de lo que acabaría convirtiéndose en un extenso grupo de más de 90 retratos, 82 de los cuales pueden contemplarse en esta exposición.

Hockney concibe estos retratos de forma colectiva, como un solo corpus artístico. La instalación plantea un recorrido cuasi-cronológico que permite realizar otro estudio psicológico: el del propio artista. Su estado emocional parece aligerarse a medida que avanza la serie, al igual que su convicción en el formato y el medio. Entre los modelos, todos ellos elegidos entre sus amigos, familiares y conocidos, se encuentran personas de su estudio, otros artistas como John Baldessari, y comisarios y galeristas como Larry Gagosian. “Los famosos están hechos para la fotografía”, afirma Hockney. “Yo no hago famosos; la fotografía sí. Mis famosos son mis amigos.” Cada retrato, resultado de una observación intensa, se convierte en una especie de análisis psicológico.

Todas las obras son del mismo tamaño y muestran al modelo sentado en la misma silla, iluminado por la luz brillante y diáfana del sur de California y con el mismo fondo de un azul intenso. Fueron pintadas en un mismo marco temporal de tres días. Gracias al virtuoso tratamiento de Hockney, la uniformidad de los elementos clave de cada pintura acentúa las diferencias entre los distintos modelos, permitiendo que sus personalidades surjan del lienzo con una cálida inmediatez. Mediante esta exposición, en un momento de proliferación de los selfies y los retratos fotográficos en las redes sociales, Hockney reexamina el papel del retrato pintado en una instalación intensa y envolvente. La nota diferente de la misma, el bodegón, obedece a que en una ocasión uno de los modelos no pudo acudir a la cita y el artista, deseoso de pintar, recurrió a lo que tenía más a mano en su estudio, una selección de frutas y hortalizas, para realizar su retrato.

Sobre los personajes retratados, destaca los que Hockney realizó a Edith Devaney, comisaria de la exposción, en dos ocasiones, primero en septiembre de 2015, y de nuevo en febrero de 2016. Este último retrato está incluido en la muestra, tras un proceso en el que se eliminaron algunos retratos de personas a quienes había pintado más de una vez. El proceso del retrato comenzaba con un dibujo a carboncillo, y después, ya procedía con la pintura. Todos los retratos están hechos con pintura acrílica, un medio que Hockney no había utilizado en veinte años. Tras las primeras obras, comenzó a utilizar una nueva marca que tiene un mayor contenido de gel y, por tanto, permanece húmeda más tiempo, lo que le permitía, a lo largo de tres días, ir añadiendo pequeños matices al rostro de su modelo.

Edith Devaney, 2016
© David Hockney - Crédito: Richard Schmidt

David Hockney, Los Angeles, 2016
© David Hockney - Crédito: Jean-Pierre Goncavles de Lima

Fruta sobre una banqueta, 2014
© David Hockney - Crédito: Richard Schmidt

 

El proceso es sumamente físico para Hockney, que se mueve continuamente adelante y atrás para observar el lienzo de cerca y desde cierta distancia. Hay una enorme sensación de fluidez en sus movimientos cuando extiende la mano para cargar el pincel de pintura, mezclar nuevos colores o seleccionar un pincel diferente. Puede subir y bajar el caballete con ayuda de un motor eléctrico, de manera que el trabajo minucioso, de detalle, lo realiza siempre a la altura perfecta.

Otros retratos que se pueden contemplar en la muestra son los de Margaret Hockney, una de las hermanas del artista con la que mantiene un vínculo muy especial; Rufus Hale, el joven hijo de la artista británica Tacita Dean que demostró ser un magnífico modelo gracias a la enorme conexión que mantuvo con el artista durante la sesión; Gregory Evans, compañero del artista y fundador del David Hockney Studio, que supervisa la obra y archivos del artista; la diseñadora textil Celia Birtwell, amiga íntima de Hockney o John Baldessari, uno de los más afamados artistas conceptuales de la Costa Este, y que coincidió con Hockney en California, entre otros muchos retratos.

La muestra se podrá visitar en el Museo Guggenheim Bilbao del 10 de noviembre 2017 hasta el 25 de febrero de 2018.

 

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FOTO PORTADA:
Barry Humphries, 2015
© David Hockney - Crédito: Richard Schmidt

 

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